La Gran Coalición lo ha vuelto a hacer. No por esperado resulta menos doloroso: el PSOE ha engañado a sus votantes, se ha plegado a los intereses del Partido Popular, la banca y de los poderes europeos y se ha abstenido en la votación para derogar la LRSAL, la Ley Montoro, presentada en el Congreso.
Esta Ley, entre muchas otras cosas, impone importantes recortes a las competencias municipales y es un retroceso en los servicios que presta. Además, supone una pérdida de la soberanía municipal y del poder de acción de los ayuntamientos que ven como su principal herramienta, su presupuesto, se ve subyugada a una Ley que no tiene en cuenta la situación de los municipios ni las necesidades de su ciudadanía.
Buscas Pareja?
Entra AQUÍ y encuentra Gratis tu Follamiga/o!
Entra AQUÍ y encuentra Gratis tu Follamiga/o!
La Ley Montoro se aprobó junto otras leyes que vinieron en cascada tras la modificación del artículo 135 de la constitución (último servicio de Zapatero a la causa). Esta legislación consagra la estabilidad presupuestaria como un dogma imperante por encima de todo y antepone el pago de las deudas a cualquier otra cosa. Si bien es cierto que algunos municipios han estado especialmente endeudados por una gestión lamentable y una corrupción galopante, lo cierto es que la deuda de los gobiernos locales apenas asciende al 5% del total de la deuda de las administraciones públicas.
Como conocen de primera mano las fuerzas del cambio que, desde lo local y lo municipal intentan recuperar los servicios privatizados, la Ley Montoro también dificulta la remunicipalización de estos. De igual modo, imposibilita la ampliación de la plantilla municipal o el desarrollo o mejora de servicios básicos y sociales aunque sean necesarios y el municipio tenga los recursos económicos para hacerlo.